Para los que dicen que el cuento “De cómo conocí al Globo Rojo” (Las aventuras del Globo Rojo. 2005) es puro invento, les ofrecemos esta prueba documental: una foto de la autora junto con su abuela, padre y Globo Rojo, tomada en el puerto de Mar del Plata allá por 1975, más o menos, un par de días después de haber conocido al Globo Rojo en la Tienda los Gallegos. Gabriela Villano aparece haciéndole respiración artificial a su globo, que se ha desmayado por el tufo a pescado del puerto.
Los escritores no mienten (sólo deforman los límites de la verdad).
Ahora el Globo Rojo está más grande. Y la autora, también.
Los escritores no mienten (sólo deforman los límites de la verdad).
Ahora el Globo Rojo está más grande. Y la autora, también.
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